Hola,
Hoy os enseño la transformación de Elena, que vino con su larga y abundante melena a por un cambio de look. Lo primero que hicimos es estudiar su textura de pelo, los rasgos de su cara, hablamos con ella para saber cómo se cuida el pelo, si es de las que se lo trabaja o lo deja natural, y por último, qué colores podrían favorecerle.
Elena se puso en manos de nuestra estilista Susana, que le sugirió un bob a la altura de la clavícula. Es un look que le hace mucho más estilizada y estilosa, y si el volumen está bien descargado, se controla bastante bien.
Asi que lo primero que se hizo fue el corte: un corte bob dejando la nuca más corta y descargada, y sin embargo, la melena un poco más larga y sin capas en la zona de la cara para que pese y no se suba el volumen. Es un estilo ideal para dejarlo ondulado, pero el día que decida alisárselo, quedará también muy chic. Aunque Elena tiene mucho pelo, el volumen se controla marcando el largo adecuado.
Después, pasamos a hacer un degradé de color en tonos avellana cobrizo, marcando alguna mecha más notable en el rostro para que diera luz a su clara piel. El resto de la melena se trabajó de manera más sutil y se acentuaron las puntas más claras. Elena quería que se le notara un cambio y realmente se ve muy diferente. El color lo fundimos muy bien con su base castaña para que no necesite retocarlo cada poco. No obstante, siempre aconsejamos retocar este tipo de colores y cortes cada 3 o 4 meses más o menos.
Los tonos cobrizos, avellanas, caobas y rojizos están muy de moda, son perfectos para bases oscuras, y se pueden aplicar en diferentes técnicas. Pueden utilizarse, por ejemplo, como un color uniforme hecho con pigmentos, barros o tintes naturales sin amoniaco, pero esa técnica requiere más mantenimiento mensual.
Espero que os haya gustado este cambio de look y os animéis por uno de los colores que viene con fuerza: ¡el cobrizo!
Buen fin de semana. ¡Nos vemos el lunes con nuevas propuestas!