Hola,
Muchas veces me regañáis porque siempre enseño muchos cambios de color en rubio, o rubios super espectaculares, pero ¿y las morenas? Es algo que sale mucho en este blog.
Este año se llevan muchísimo los tonos chocolates y cobrizos que empastan mucho con las bases oscuras como os enseñaba en este post, pero hoy os enseño otro cambio para melenas castañas: un degradé en tonos miel. Con ello, se consigue un tono bastante claro sin necesidad de un proceso químico agresivo. Es decir, de la forma más natural y con retoques cero. Os lo cuento.
En la foto del antes de Silvia, apreciáis que aunque su base es castaña, tiene algo de claridad en medios y puntas, ya que antes del verano le hicimos una primera sesión de degradé. Era la primera vez que ella tocaba su color y quería que fuera sutil.
Esta vez, la animamos a dar un paso más y que realmente se notara el cambio. Por eso, en esta segunda sesión, el tono miel es más pronunciado, aunque igual de fundido con su base, de tal forma que cuando crezca no tendrá efecto raíz.
Este tipo de coloración y técnica es minuciosa y lleva su tiempo, pero el resultado es increíble. La raíz es un poco más clara pero muy fundida, los medios con un tono miel aumentan de forma progresiva hacia la punta que tiene mucho más color. Una combinación muy cuidada de tonos para conseguir una melena tridimensional.
Después de hacer un cambio de color, siempre aconsejamos hacer un tratamiento de hidratación, porque aunque nuestros productos son lo más naturales del mercado y el cabello queda con un brillo y una textura increíbles, es siempre mejor aportar el punto de nutrición extra que todo proceso de coloración se lleva.
¡El resultado es un color precioso para morenas! Aporta una luz increíble y mucho más movimiento al pelo. Silvia está feliz y nosotras con ella.